Un día hace mucho tiempo, un hombre se apoyaba contra un roble albar en un viejo parque, y escuchó lo que el árbol pensaba.
Eran sonidos curiosos... pero los árboles piensan, y algunas personas pueden comprender lo que éstos piensan.
Este viejo roble, y era muy viejo, decía para sí; "Como envidio a los animales del prado que pueden andar por todo el campo, y aquí estoy yo; todo alrededor de mi es tan hermoso y maravilloso, los rayos del sol y las brisas y la lluvia y sin embargo estoy enraizado en este lugar".
Años más adelante el hombre descubrió que en las flores del roble albar había un gran poder, el poder de curar a mucha gente enferma, y de este modo recolectó las flores del roble y las convirtió en medicina y muchisimas personas fueron curadas y volvieron a sentirse bien.
Algún tiempo después de esto, en una calurosa tarde de verano, un hombre estaba reclinado al borde de un campo de trigo, muy próximo al sueño, y escuchó al árbol pensar, pudo oír el pensamiento del roble. El árbol hablaba consigo mismo muy sosegadamente decía: "Ya no envidio a los animales que andan por los prados, ahora puedo ir a los cuatro puntos cardinales del mundo a curar enfermos", el hombre miró hacia arriba y descubrió que era un roble albar el que estaba hablando.
Fuente: obras del Dr. E. Bach